Ya está aquí

Llegó lo que tanto tiempo esperamos. Ya casi podemos tocar la Semana Santa con la yema de los dedos y entramos en ese juego de extremos tan de aquí, esos días en los que sientes que el corazón va a estallar de alegría mientras a ratos la pena te atormenta sabedor de que ya no hay marcha atrás y a partir de ahora los días se fundirán con presteza. Esa bipolaridad que nos caracteriza y parece conciliarse únicamente cuando el azahar florece.

La ilusión se desata justo cuando las palmas que anunciaban el esplendor un pasado Domingo de estrenos son reducidas a ceniza. Es entonces cuando vuelve la cuenta atrás particular de esta tierra y todo es inédito, otra vez. La memoria juega con nosotros, trae recuerdos de otras primaveras y se queda en blanco a la par, queriendo redescubrir los ritos mientras volvemos a esa infancia que nos hace guiños en escaparates, carteles, dulces, comidas y olores con fecha de caducidad.

La ciudad es clave en ese entramado sentimental. Hay quienes se aferran a un concepto de ciudad inalterable, un espacio que al llegar la primavera ha de retornar eterno, aunque esta percepción no sea más que un síntoma emocional nostálgico. Los sevillanos tendemos a entremezclar las emociones, esas vivencias del corazón, con la realidad que nos infunde el tiempo, una realidad que es y debe seguir siendo cambiante. Y es precisamente eso lo que convierte a esta fiesta en eterna, la grandeza de saber vivir en su tiempo, formando parte de la historia.

Ya estamos preparados y participaremos todos, hasta los que a pesar de su agnosticismo de diario recuperan la fe en este tiempo de descuento. La grandeza de la Semana Santa también se refleja en eso, en que hay sitio para todos, y de no ser así no habría llegado hasta nuestros días. Porque la fe no es patrimonio de un grupo y Dios se encarga de sacudir el interior de cada uno, aunque a cada cual le llegue de una manera personal e intransferible.

Mercado San Gonzalo

Busca en tu interior y dale sentido a esa inquietud que sientes. Atiende a multitud de detalles sencillos que se vuelven complejos en un todo. Aunque no lo sepas, es la fe la que provoca tu nerviosismo. Dios te sacude para que reacciones y no importa que lo busques en su casa o en la tuya, en la calle o en el trabajo, en la cartera o en el almanaque; al fin y al cabo en Sevilla tenemos con Jesús y María una relación de andar por casa. Si no ¿cómo explicar que el Señor de la Salud sea Manué , el Cristo de la Expiración Cachorro o la Virgen de la Esperanza de Triana Capitana?

Más allá de pensamientos colectivos, cada uno dispone el corazón a su manera y llevas tiempo preparándolo, aún en tu inconsciencia, así que goza. 

Acerca de rocioromerope

Abogada de profesión, polemista por vocación y bética de corazón. Aúno y desmiento tópicos sevillanos.
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3 respuestas a Ya está aquí

  1. Doria dijo:

    Solo te faltó, querida zapat, el «he dicho».
    Por mi parte; Amén
    Besos

  2. Marga dijo:

    Llega el tiempo para la reflexión,para interiorizar lo que un año entero no nos hemos parado ni a pensar con esta vida de locos que llevamos pero que ahí está. Sacamos a flote sentimientos y vivencias que anidan en lo más profundo de nuestro ser y sencillamente, lo disfrutamos a lo grande.
    Besos

  3. Que tengas una magnífica Semana Santa, vivámosla y gustémosla.
    Un beso

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